De vez en cuando, quienes seguimos el mundo blockchain, nos topamos con sucesos tan fundamentales como la caída de Terra (LUNA), o la quiebra de Celsius, que en su momento era una de las plataformas centralizadas para pedir créditos cripto más populares. Tras esto, la telenovela de FTX y Sam Bankman-Fried ya no sorprende tanto, aunque sigue siendo triste.
Más allá de narrar una crónica de lo acontecido, pues basta leer en Twitter algún hilo o buscar palabras claves como “FTX, Sam Bankman-Fried, Binance, CZ, Solana” para disfrutar de las noticias que se han ido publicando en los medios, considero que es más divertido conversar sobre cómo la avaricia y el deseo de capital (económico, social, cultural, simbólico) de ciertos personajes afectan de alguna u otra forma a millones de personas a lo largo del mundo.
Por ejemplo, podemos discutir sobre cómo esto golpea a la descentralización del ecosistema. Si CZ hubiese comprado FTX, las posiciones alcanzadas en cuanto a nivel de transacciones cripto hubiese sido tan grande que uno podría preguntarse si es que somos capaces de desarrollar la descentralización de manera efectiva.
Lo que sucede con la figura de SBF también es interesante. ¿Qué tan alejado está con la historia de Elizabeth Holmes, fundadora de Theranos? Un proyecto de biomedicina que terminó en estafa gracias a palabras bonitas junto a discursos copiados y capital inexistente.
Esperemos que con esta nueva catástrofe, la alabanza hacia personajes mesiánicos dedicados a “evangelizar” a las personas con ideas “disruptivas”, con un storytelling deshonesto que supera los límites de la manipulación, se termine pronto.
Si quisiéramos desarrollar un organismo descentralizado debería ser acéfalo, ya que ningún individuo alcanza tal liberación suprema y por eso la figura de Satoshi Nakamoto es anónima y seguirá siendo así. No debemos colgarnos de nadie, pero sí de las ideas capaces de causar un cambio positivo.
Lo que hagamos en el ecosistema, depende de nosotros. Pero lo peor que podría pasar es convertir el desarrollo de la Web3 en un reality show, transformando lo que sucede en un cotilleo de pasillo. Aunque da igual, porque la decisión es de cada uno.
La importancia que le demos a FTX, Binance y Solana está relacionada con las decisiones que hemos hecho en el pasado y haremos en el futuro. Muchas palabras se han escrito para advertir los riesgos de dejar nuestras criptomonedas en plataformas centralizadas, así que con sucesos de este tipo, lo mejor es intentar crecer y aprender. Aprehender las reglas del juego. De todos modos, el mercado cripto seguirá existiendo, a pesar del nivel de descentralización o centralización que veamos en el 2023.